Aunque no griten, los peces sufren como otros animales.
Cuando les dejamos asfixiándose durante horas o les congelamos vivos, sufren.
Cuando les pescamos de forma brutal con arpones o electrocutándoles, cuando les abrimos en canal o les devolvemos mutilados al mar, sufren.
Y ya es hora de que nos demos cuenta.
«Hay que dejar de mirar a los mares como si fueran peceras donde el ser humano coge lo que necesita. Tenemos una gran responsabilidad con los seres que allí habitan y con este ecosistema»
Aitor Sánchez @midietacojea
«Si los peces pudieran gritar, el sonido sería tan ensordecedor que no podríamos escuchar nada más. Por eso es necesario visibilizar su sufrimiento. Porque sus vidas también importan.«